![]() |
| Imgen: latinorebels |
La población puertorriqueña que vive en EE.UU. supera en 2 millones a la que vive en Puerto Rico. Así, Puerto Rico tiene una diáspora con una población mayor a la que reside en su territorio. Esta logró construir una identidad nacional puertorriqueña que los mantiene ligados a la isla. Sin embargo, el peso político de quien es parte de esta diáspora es diferente a la del isleño. Por ello, es válido preguntarse de qué manera la diáspora puertorriqueña en EE.UU. y la población isleña se relacionan en la construcción del Estado en Puerto Rico.
La diáspora se origina con las migraciones de puertorriqueños en busca de una mejor situación económica. Con ello, el flujo migratorio aumenta cuando la situación económica de la isla empeora. El mayor de estos flujos se dio entre 1945 y 1960, donde medio millón de puertorriqueños emigraron, principalmente, a la costa noreste estadounidense. Como suele ocurrir con los migrantes, los puertorriqueños enfrentarían graves dificultades para integrarse. Esta situación de exclusión impulsó la formación de una comunidad, la cual formó la identidad de la segunda y tercera generación de migrantes y creó distintas organizaciones a favor de la isla.
Políticamente, la diáspora tiene mayores derechos políticos. Los puertorriqueños que residen en cualquier estado de Estados Unidos obtienen el derecho de votar por representantes en ambas Cámaras del Congreso y el derecho de ser candidatos en elecciones. Por este motivo, la diáspora puertorriqueña es una potencial herramienta política que puede impulsar el cambio de status político de la isla. Los puertorriqueños pueden generar el interés de sus representantes para poner en agenda los problemas de la isla y posibles soluciones. De esta manera, la diáspora puertorriqueña se convierte en un factor clave en el cambio político isleño.
Es importante resaltar que la identidad puertorriqueña de la diáspora no debe necesariamente traducirse en acción política. La diáspora, sobre todo la que lleva varias generaciones en EE.UU., puede mantener una relación meramente cultural con la isla. Sin embargo, debido a la pésima situación económica, agravada recientemente por los estragos de la temporada de huracanes, en Puerto Rico ha empezado un nuevo éxodo masivo. Estos nuevos migrantes pueden despertar el interés político de la diáspora en la isla. Esto es debido a que estos estrechan los lazos culturales entre la diáspora y la isla y visibilizan los problemas de la misma.
En la construcción del Estado en Puerto Rico, la diáspora tiene un mayor peso político que los propios habitantes. Esto es debido a que los puertorriqueños de la diáspora cuentan con los derechos políticos necesarios para logar la atención en las agendas políticas de EE.UU. Sin embargo, los habitantes de la isla tienen la labor de organizar políticamente esta diáspora si se desea cambiar la situación de la isla. Los lazos culturales existen y son fuertes, pero esta identidad nacional no se ha traducido en una construcción estatal. Puerto Rico necesita articular estos dos ejes si desea generar algún cambio político.
Aaron Simón Wong León
Cada autor/a se hace responsable de las opiniones presentadas en sus textos.

Comentarios
Publicar un comentario